
Francamente, los rickshaws son tan catalanes como los camellos. Pero se han hecho populares entre los turistas, contribuyendo aún más a cambiar los hábitos de vida de Barcelona. Tanto, que hay manifiesta hostilidad de los conductores de coche por estas bicicletas con pasajero.
El malestar ha llegado al ayuntamiento, siempre dispuesto a asumir todas las causas perdidas. Como además, hay turistas que dicen que estos ciclistas les han cobrado precios abusivos, Ada Colau anuncia su prohibición (Joan Gaspart, a Ada Colau: “Barcelona no es un pueblo, es una capital”).
Las denuncias contra estos ‘rickshaws’ se publican a diario, con testimonios de turistas que dicen que les han aplicado precios astronómicos. Jaume Collboni, el primer teniente de alcalde, socialista, ha declarado que “queremos prohibirlos. Barcelona no es Mumbai”, dijo, en una observación nada perspicaz.
La idea es obligarles a tener una licencia, lo cual hoy no se da siempre. Y confiscar las bicis que no tengan el permiso. La idea es perseguir a quienes son propietarios de estas bicicletas y las alquilan. Normalmente, el precio de alquiler es de 150 euros por semana, a partir de lo cual los usuarios hacen su negocio.
Los propietarios dicen que es un negocio ecológico y sostenible, y es una ventaja para la ciudad en términos de contaminación. “Proponemos que den una licencia que nos permitan hacer itinerarios para turistas por unos 60 euros”. Pero esto todo es teoría, porque hay bandas que usan estas bicicletas para cualquier uso y con ilegales que no conocen ni el idioma ni la ciudad.
En la fiebre prohibidora de Barcelona, hay también un proyecto para acabar con los tours a pie, que colapsan la ciudad. Se trata de guías que recorren Barcelona con globos de colores, cobrando a los turistas, y que impiden la circulación. La idea es limitar inicialmente a 15 las personas que puedan hacer estos itinerarios con un guía y a partir de ahí, multar. En algunos lugares de la ciudad ya está limitado a 30 el número de turistas por tour.
Deja tu valoración de esta noticia:
Autor/a: Miguel Praga
Fuente de información