El turismo espera la Semana Santa | Noticias de El observador

Más o menos estas son las palabras que este viernes titulaba un periódico nacional en su sección de economía: “El turismo espera la Semana Santa” o “El turismo lo fía todo a la Semana Santa” o algo muy parecido. Estamos en el siglo XXI, setenta años después de que España empezara a tener en el turismo una fuente de ingresos importantísima, y esta sigue siendo la visión que tiene la prensa nacional de este fenómeno económico que ha cambiado media España.

Este disparate no sólo habla del periodismo sino también de la ausencia de influencia del turismo en la economía. No es admisible que aún hoy haya alguien en España que piense que la Semana Santa puede suponer algo relevante en el conjunto del turismo.

Lo explico.

Desde el punto de vista del ciudadano medio español, el turismo son los puentes, la Semana Santa y agosto. Esos son los días en los que históricamente se cogía el coche y se iba a la playa. Es su experiencia, lo cual tiene su sentido. Pero ese no es el negocio que proporciona el once por ciento del Producto Interior Bruto del país. Porque si los hoteles españoles tuvieran que estar pendientes de estos ingresos, serían muchos menos, por supuesto y no sería el once por ciento de la mano de obra del país que viviera de esta actividad. Este turismo, más el Imserso, sirven para la hotelería de interior, rural, que es importante en parte del país pero no es el súper motor que conocemos.

El motor turístico de España son fundamentalmente los millones de alemanes y británicos que cada año llenan miles de hoteles en Canarias, Baleares, y las costas catalana, valenciana y andaluza desde abril a noviembre. Este es el turismo que nos da ingresos cuantitativamente importantes. Y esto existe casi todo el año porque de depender de una semana, sea Santa o de Carnaval, mal iríamos. Hay incontables hoteles de playa que cuando la Semana Santa cae muy pronto no abren porque ese no es su negocio principal.

Explicar esto en 2022 resulta bastante indicativo de dónde estamos y de qué poca influencia tiene el sector turístico en la economía del país. Lo que no se entiende no se comparte. Los empresarios del turismo deberían entenderlo.